sábado, 18 de mayo de 2013

Mi eterna amiga.


Con las manos llenas de soledades, cargando madrugadas en la espalda repletas de hastío.  Dilucidando quicios de anonimato.  Desafiando angustias por demoras. Hoy te recuerdo así…

 Llegas a mí, amiga incondicional y te recibo sin opciones y aceptando el porvenir y destino.  Esta ansiedad por no verme contigo.  Hace varios años te conocí y me gustaste, toda la magia que traías en ti.  El tiempo que me dedicabas.  Tus atenciones.  Me sentía agraciado de tener tu presencia.  Cada noche me mostrabas quien era, me ayudaste a conocerme mejor.  Desarrollaste mis vicios a su máxima expresión.  Cantándome, acariciándome, aconsejándome.  Llegabas en el momento más inesperado, te marchabas sin pedirme razones, y cuando más necesitaba de ti, ahí estabas.  Me enamore de ti sin querer y sin saberlo, amaba tu piel, amaba tu sonrisa, amaba tu manera de amarme.  Hacíamos todo juntos, eras la envidia de cualquier mujer, yo agradeció te protegía de los demás, contigo fui celoso.  Recuerdo las noches de música y alcohol en mi casa, llenábamos cada rincón con nuestras risas, y si había que llorar, me acompañabas en mi llanto.  Me sanaste muchas heridas de amor, contigo fui transparente.  Me enseñaste tantas cosas sobre el amor, contigo fui quien no pude ser con las demás.  Transparente contigo, claro como el agua, la comunicación era perfecta.  Pasabas por alto mis imperfecciones físicas, compartías mis vicios, me amabas tal cual soy.  Nunca me obligaste a ser quien no era, escuchabas mi música, comías mis malas mañas.  Compartías mi rencor a Dios, en las noches rezabas furia conmigo, me recostaba en ti y velabas mi sueño.  En nuestros fines de semana libres, escapábamos juntos, hacia el destino, donde nos cogiera la noche.  Aventuras y anécdotas que solo tú y yo sabemos.  Hubo cambios de trabajo, viviendas, economías, y siempre estuviste conmigo, no sabes lo agradecido que vivo por eso.  En las buenas y en las malas, siempre conmigo.  Exploramos a Sabina, luz tenue iluminaba nuestras inseguridades.  Teníamos nuestro altar privado, nuestros baños juntos, nuestros caminos andados.  Contigo vivía la seguridad.  Te entregué mi vida, te entregué mi amor, te entregué mi brujería, te entregué mi alma. 

Pero de repente todo cambió, llegó a mi vida otra mujer en la que vi mis sueños cumplirse, el comenzar una nueva vida, una nueva familia, escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo.  Cosas que me diste a mitad, pues al complacerme en todo, nunca pensaste en ti.  Alguien en que pude ser yo igual que contigo, pero esta vez, me exigía más de mí.  Vivo para complacerla y hacerla feliz, todo cambia pues ahora no soy solo yo, como lo era contigo, ahora me debo a alguien más, lo que no pude hacer contigo.  Te aparté, y no me hiciste ninguna falta.  Hoy de vez en cuando tocas mi puerta y reprochas mi decisión.  Exigiéndome explicaciones del porque de mi despedida.  Te recibo sabiéndote pasajera, no me gusta ya tu compañía y contigo solo llueven lágrimas.  Hoy que estás conmigo, quería confesarte que te odio con las fuerzas más grandes de mi ser.  Y quisiera nunca sentirte jamás.  Soledad, puedes desaparecer de mi vida, aunque ya seas parte de ella.

Soque
Mayo /18 /2013

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