domingo, 1 de enero de 2012

¿Qué traes en ti?

Cuando llegas desesperado buscando un lugar donde descansar, arropas con tu tristeza las ganas de felicidad.  Desde que te conozco has sido siempre el mismo, con tu empeño de oscurecer los atardeceres maldiciendo la capacidad de pensamientos puros en mi mente.  Sabes dirigir mis sentimientos hacia el mal y los alimentas.  Nunca he sabido tu propósito en mi vida.  De pequeño jugaba en ti y a la misma vez te maldecía.  De adolecente cantaba en ti y a la misma vez te odiaba.  De adulto familiarizaba en ti y sentía el mismo rencor.  Los viajes contigo en mi melancolía rumbo a mi casa sin mi vida se hacían más largos por tu pesar.  Hoy sigues siendo el mismo perverso, dándome soledades para pensar si en realidad se puede.  Buscas el más mínimo momento para destrozarme la existencia y hacerme penar.  Cuando estoy contigo, me pasan tantas cosas por la mente, si merezco la alegría, ¿por qué no la tengo completa?  Si mi destino está escrito, ¿por qué seguir sufriendo? Pensar en lo que vendrá me hace tan inmune a lo ocurrido.  ¿Por qué no se piensa en lo bueno, en lo que pasó?  ¿Por qué no se ve la luz al final como todos dicen?  Y todo pasa en ti, todo pasa contigo.  Por eso te reprocho tu existencia, porque en ti me reprocho la mía.  El amor se acaba porque las fuerzas agonizan.  El tratar de adornar las situaciones contigo no funciona.  Siempre traes la verdad a la luz y cruda realidad.  ¿Cuánto tiempo pasará?  ¿Cuántas cadenas hay que romper?  ¿Cuántos desaciertos más habrán de ocurrir?  Una tarde te llevaste mi corazón hirviendo en una tempestad de cenizas.  Mis ojos cuando buscan lo que no deben generalmente lo buscan junto a ti.  Al aparecer las realidades escondidas por gusto, las realidades que se saben ciertas, en ese preciso momento escucho tu carcajada sin piedad alguna asomarse por mi balcón.  Porque sabes lo que estoy pensando, sabes que no aguanto otro desacierto y en tu maldad cruda quisieras protegerme.  Pero ¿por qué existes?  Para hacerme ver y hacerme creer que lo que está pasando no es normal.  Cuando los mensajes no llegan, cuando las lagrimas se escapan.  Siempre estas presente en esos momentos en que la luna se esfuma y llegan los oscuros pensamientos de derrota, el convivir y el compartir.  Su rutina diaria, lo que harán o no harán.  Todo me lo paseas por los pensamientos, pero con mucha rabia.  Lamento tu creación sobre los demás, has llegado a mi vida a ser una conciencia que no necesitaba nunca.  ¿Cuántos roces, cuantas miradas, cuantos ademanes, cuanta complicación puñeta….?  Porque sabes que no puedo exigir, pero sabes porque no puedo exigir.  Sabes lo que esto me causa, y sabes cómo se puede resolver.  Sabes mis decisiones, sabes mis pensamientos, sabes mis arrebatos de locura insana, sabes lo mucho que me duele el amor.  Sabes tanto y quizás por eso eres eterno.  Lo que escondo en la piel, el calor que quema mis irreverentes pesadillas.  Algun dia llegara que seas capaz de dejarme tranquilo y en paz.  Mientras tanto, domingo infame, mientras escribo en ti, te deseo el olvido…



Soque.

Domingo, 01 de enero de 2012



Domingo triste…

Este domingo, triste, pienso en ti, dulcemente,
y mi vieja mentira de olvido ya no miente.
La soledad, a veces, es el peor castigo,
Pero que alegre todo si estuvieras conmigo.

Entonces no querría mirar las nubes grises
formando, extraños mapas de imposibles países,
y el monótono ruido del agua no seria
un motivo secreto de mi melancolía.

Este domingo triste nace de algo que es mío
que quizá es tu ausencia o quizá es mi hastió
Mientras corren las aguas por la calle, en declive
el corazón se muere de un ensueño que vive.

La tarde pide un poco de sol, como un mendigo,
¿Y... acaso hubiera sol si estuvieras conmigo?
¿Y tendría la tarde, fragantemente muda,
el ingenuo impudor de una niña desnuda?

Si estuvieras conmigo, amor que no volviste,
que alegre me seria, este domingo triste.

José Angel Buesa