Las paredes vacías de un corazón inerte
dejan de amar en algún momento. Recuerdo
en cierto tiempo haber jurado amar incondicionalmente, lo cual cumplí a toda
cabalidad. Inesperados sucesos,
actividades malignas, rutinas de mierda, el cabrón destino, lograron en algún
momento desvanecer ese sentimiento que tan adentro sentía. Ese sentimiento que tanto defendía contra las
adversidades y tentaciones de la vida.
Juré en ese momento no volver a amar.
Cansado de esforzarme para conseguir respuesta o simplemente obtener lo
mismo que yo ofrecía. Como cualquier
hombre, refugiado en mi orgullo decía; “Nadie merece ser amado”. Me lancé a la calle a vivir lo que los demás
decían que no había vivido. Fiestas vacías,
muchedumbre descarrilada, alcohol sin medida.
Todo era “cool” en mi mundo vacio.
Cuando entendí que vivimos para ser amados y para amar. Decoraciones en blanco. Entendiendo esto llegas tu, con tu sonrisa
impecable, tu mirada posesiva, tus ojos llenos de ambición, tu pelo lacio
buscando libertad, tu silueta cansada de las dietas y de aparentar, tu cuerpo
anhelando ser deseado. Tus ganas de
sentirte amada se juntaron con mis ganas de amar y así comenzó todo. Una visita inesperada a mi entorno de tus
pasos fuertes dieron lugar al instante mágico que todos dicen no existir y que
todos, a su vez, niegan haber tenido por orgullo o por miedo a desnudarse. Inciensos.
La química está, dos polos opuestos, tu prisa con mi calma, tu desespero
con mi paciencia, tu despiste con mi atención, tu complejidad con mi sencillez,
tu música alborotada con la mía pasiva, tu aliento de ángel con el mío de humo,
tu bebida exótica con mi cerveza, tu nocturnidad con mi madrugar, tu seguridad
con mi cabeza mirando al piso, tu miedo con mi valentía. Llegaste en el momento perfecto, como si
Dios, al cual negué por mucho tiempo, te estuviese guardando para mí. Me arrebatas escritos como nadie lo había
hecho. Arbustos en mi balcón. Me llenas de tus caricias como nadie nunca
supo. Despiertas en mi, cosas prohibidas las cuales nunca me atrevía
a hacer. Descubres mis debilidades y las
transformas en atributos. Realzas mis
defectos, envolviéndome en miedos nocturnos sin ti, los cuales despiertan
mojados en la madrugada anhelándote en mi cama.
Y cuando llegas todas las tardes maquillas una sonrisa en mi cara que se
ve desde lejos. Velas de olor. Devolviéndome la misteriosa cosquilla en la
panza que todos aseguran desaparecerá.
Ciertos cambios estéticos para agradarte un poco más, de acuerdo con un
tren de vida que llevas y que estas acostumbrada a vivir. Cuando alguien mejora o cambia por alguien
más, no hay mucho que indagar. Simplemente
en un esfuerzo por mantener la otra parte a gusto, e intentar complacer para
retener atención. Antes me llamaba Soque,
ahora me llamo Ramón L Ortiz. Devuelves
seguridad a la persona que en algún momento se refugió en sombras anónimas para
desahogarse. Masajes. La gloria significativa de compartir contigo
la cocina. La inmensidad de bañarnos
juntos. La simpleza de dormir
contigo. Mirar los cielos juntos, ver la
misma luna desde mi balcón. Toda
grandeza vivida contigo tiene un denominador común, tu. Cuando partes a tus viajes por el mundo, la
tristeza adquirida solo demuestra una sola cosa, amor. Ese gesto desde tu carro cuando te vas, ese
abrazo intenso, largo, fuerte y “apretaouw”, solo insinúa el sentimiento de
extrañar anticipando lo que vendrá.
Preparativos para cuando regreses de tu encrucijada por el mundo, sin
preocupaciones, todo tiene que estar perfecto para nuestra primera mirada, para
nuestro primer abrazo, para nuestra primera caricia, para nuestro primer
beso. Porque cada vez que vuelves del infinito,
todo es principio. El todo que me rodea
vuelve a ser primera vez. Te seco
después del baño. Es un inevitable
defecto el tratar de poseerte más de lo debido.
Pero es que eres adictiva, mientras más te pruebo, mientras más bebo de
ti, más falta me haces. Por ejemplo
ahora, ¿Cuánto daría porque estuvieras aquí?
Pero fronteras nos separan a lo físico, mentalmente estamos juntos. Cuando regreses de tu partida inesperada,
planificado está el desvelo, la iniciativa, la irregularidad, la
complicidad. Quiero sentirte tan simple
como desnuda. Deslizar mi mano por tu
espalda mientras te beso el cuello. Terminar
y mirarte, percibirte, pasarte la mano por la cara mientras te confieso mi
necesidad de ti. Beber de ti y de tu
“bichería”. Beberte completa. Brindar por nosotros, por la incongruencia de
la vida. Que no quede un solo espacio de
tu piel que no huela, que no quede un solo lunar que no bese. Poseerte y saberte mía, de nadie más. Darte la razón de que amar es doler, y
enseñarte como aliviar la pena.
Dedicarte canciones de Serrano y Delgadillo. Robarme versos y declamártelos. Hacerte feliz por un momento y por
siempre. Te deseo. Velas en el baño. Eres infinita e infinito es mi amor por
ti. Hoy te dedico solo dos palabras; Te
Amo.
Soque
Jueves 14 de Junio de 2012
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