jueves, 14 de junio de 2012

Pero llegaste tú.

Las paredes vacías de un corazón inerte dejan de amar en algún momento.  Recuerdo en cierto tiempo haber jurado amar incondicionalmente, lo cual cumplí a toda cabalidad.  Inesperados sucesos, actividades malignas, rutinas de mierda, el cabrón destino, lograron en algún momento desvanecer ese sentimiento que tan adentro sentía.  Ese sentimiento que tanto defendía contra las adversidades y tentaciones de la vida.  Juré en ese momento no volver a amar.  Cansado de esforzarme para conseguir respuesta o simplemente obtener lo mismo que yo ofrecía.  Como cualquier hombre, refugiado en mi orgullo decía; “Nadie merece ser amado”.  Me lancé a la calle a vivir lo que los demás decían que no había vivido.  Fiestas vacías, muchedumbre descarrilada, alcohol sin medida.  Todo era “cool” en mi mundo vacio.  Cuando entendí que vivimos para ser amados y para amar.   Decoraciones en blanco.  Entendiendo esto llegas tu, con tu sonrisa impecable, tu mirada posesiva, tus ojos llenos de ambición, tu pelo lacio buscando libertad, tu silueta cansada de las dietas y de aparentar, tu cuerpo anhelando ser deseado.  Tus ganas de sentirte amada se juntaron con mis ganas de amar y así comenzó todo.  Una visita inesperada a mi entorno de tus pasos fuertes dieron lugar al instante mágico que todos dicen no existir y que todos, a su vez, niegan haber tenido por orgullo o por miedo a desnudarse.  Inciensos.  La química está, dos polos opuestos, tu prisa con mi calma, tu desespero con mi paciencia, tu despiste con mi atención, tu complejidad con mi sencillez, tu música alborotada con la mía pasiva, tu aliento de ángel con el mío de humo, tu bebida exótica con mi cerveza, tu nocturnidad con mi madrugar, tu seguridad con mi cabeza mirando al piso, tu miedo con mi valentía.  Llegaste en el momento perfecto, como si Dios, al cual negué por mucho tiempo, te estuviese guardando para mí.  Me arrebatas escritos como nadie lo había hecho.  Arbustos en mi balcón.  Me llenas de tus caricias como nadie nunca supo.  Despiertas en mi,  cosas prohibidas las cuales nunca me atrevía a hacer.  Descubres mis debilidades y las transformas en atributos.  Realzas mis defectos, envolviéndome en miedos nocturnos sin ti, los cuales despiertan mojados en la madrugada anhelándote en mi cama.  Y cuando llegas todas las tardes maquillas una sonrisa en mi cara que se ve desde lejos.  Velas de olor.  Devolviéndome la misteriosa cosquilla en la panza que todos aseguran desaparecerá.  Ciertos cambios estéticos para agradarte un poco más, de acuerdo con un tren de vida que llevas y que estas acostumbrada a vivir.  Cuando alguien mejora o cambia por alguien más, no hay mucho que indagar.  Simplemente en un esfuerzo por mantener la otra parte a gusto, e intentar complacer para retener atención.  Antes me llamaba Soque, ahora me llamo Ramón L Ortiz.  Devuelves seguridad a la persona que en algún momento se refugió en sombras anónimas para desahogarse.  Masajes.  La gloria significativa de compartir contigo la cocina.  La inmensidad de bañarnos juntos.  La simpleza de dormir contigo.  Mirar los cielos juntos, ver la misma luna desde mi balcón.  Toda grandeza vivida contigo tiene un denominador común, tu.  Cuando partes a tus viajes por el mundo, la tristeza adquirida solo demuestra una sola cosa, amor.  Ese gesto desde tu carro cuando te vas, ese abrazo intenso, largo, fuerte y “apretaouw”, solo insinúa el sentimiento de extrañar anticipando lo que vendrá.  Preparativos para cuando regreses de tu encrucijada por el mundo, sin preocupaciones, todo tiene que estar perfecto para nuestra primera mirada, para nuestro primer abrazo, para nuestra primera caricia, para nuestro primer beso.  Porque cada vez que vuelves del infinito, todo es principio.  El todo que me rodea vuelve a ser primera vez.  Te seco después del baño.  Es un inevitable defecto el tratar de poseerte más de lo debido.  Pero es que eres adictiva, mientras más te pruebo, mientras más bebo de ti, más falta me haces.  Por ejemplo ahora, ¿Cuánto daría porque estuvieras aquí?  Pero fronteras nos separan a lo físico, mentalmente estamos juntos.  Cuando regreses de tu partida inesperada, planificado está el desvelo, la iniciativa, la irregularidad, la complicidad.  Quiero sentirte tan simple como desnuda.  Deslizar mi mano por tu espalda mientras te beso el cuello.  Terminar y mirarte, percibirte, pasarte la mano por la cara mientras te confieso mi necesidad de ti.  Beber de ti y de tu “bichería”.  Beberte completa.  Brindar por nosotros, por la incongruencia de la vida.  Que no quede un solo espacio de tu piel que no huela, que no quede un solo lunar que no bese.  Poseerte y saberte mía, de nadie más.  Darte la razón de que amar es doler, y enseñarte como aliviar la pena.  Dedicarte canciones de Serrano y Delgadillo.  Robarme versos y declamártelos.  Hacerte feliz por un momento y por siempre.  Te deseo.  Velas en el baño.  Eres infinita e infinito es mi amor por ti.  Hoy te dedico solo dos palabras; Te Amo.
Soque
Jueves 14 de Junio de 2012