martes, 20 de marzo de 2012

Es tuyo...

¿Cuánto intervalo o lapso se ha de aguardar, de aguantar, cuánto?  El tiempo en que demoras bebiendo una cerveza.  El momento de retardo en el cual se disuelven “dos peces de hielo en un whisky on the rocks”.  Nada, cero.  El tiempo pasa tan veloz, apresurado, dinámico.  Hay que aguantar por las determinaciones de otros, para que se origine lo que se vive.  No hay control en otros, pero si en las ganas del propio ente.  Vacilando entrar en ciertas opiniones y expresiones que no son de nuestra incumbencia.  Se retrasa la voz de alerta y se extiende la agonía.  Nos falta tanto por conocer, por explorar.  Las direcciones se nos acaban.  Ella llora de noche, él llora de día.  El sudor se gasta en otro placer, no en el de antes.  El amparo ya no existe, no hay luz en los faroles del jardín.  Nadie merece nada, y el otro espera.  Soñando con la libertad.  Moribundo resucita cada mañana.  No vuelvo a beber.  Hay que aprender a ser eternos.  De momento se comprenden muchas cosas, unas se transformaran otras ni pensarlo.  Ya son 33 años de mala vida, de barras y bares de mala muerte.  Experiencias que al otro lado son irreverentes pero forjaron lo que hoy somos.  Experiencias, vivencias que en otro tiempo y en otro lugar no son nada.  Allá también con experiencias, pero más complicadas y sin fronteras.  Perverso, así suenan, así se leen estas palabras sin ninguna connotación.  ¿Seremos parte de sus vidas en algún momento?  Luces, eso veo por ella.  Si el viento dejara de soplar por un segundo, por un instante.  Claro, uno se enamora.  Pensando en amaneceres sin que se consuman los pretextos.  Le ofrezco tan poco, no sé porque me escogió.  Hay esperanza en el tiempo.  Estos escapes de fines de semana alternos son un escape a la felicidad.  Hay que tomar el próximo vuelo de vuelta a la realidad cada vez que su mano agita sentada desde su auto.  Plazas permanentes de amores a tiempo completo.  Ya hay muchos que ofrecen descargas de amor e ilusiones, pero el agraciado, el de la canción soy yo.  Hay que dejar de suponer, resumir el principio el cual nos trajo a este encuentro.  Tanta deleitación al viajar en tal encuentro, confesar.  Contemplar lo que tus ojos ven.  Respirar lo que se siente.  Días invisibles.  Se pasean instantes.  Se percibe el oriente.  No insistas, no hay marcha atrás.  Humo en mi papel.  El humo que detestas.  Principio de poesía, no mesclar personas.  No soy poeta ni escritor.  Pero fumo y escribo.  La aurora se desvela conmigo, en mi “maldita rutina”.  Espejos.  Bombillas.  Sombras.  Se retiene lo que no se encarcela.  Se comparte el día día, limitados.  Nada se precisa.  Todo se cumple al pie de la letra y no se repiten incómodos. Hay alguien que te trata bien.  Duerme conmigo, y así mis manos descansarían.  Corto y sin sentido. Es tuyo mi corazón.  83266.

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