lunes, 13 de febrero de 2012

(Desde) Mi Balcón.

Encontré esto en un baúl de escritos que tengo.  Es de agosto del año pasado.

(Desde) Mi Balcón.
Mi balcón intenta momentos y pretende compañía.  Aunque hasta ahora solo me ha dado soledades.  Un verso triste se me enreda e inspira.  A lo lejos se escucha un perro, a lo lejos se ven las luces de la ciudad y las estrellas.  Las mismas que se confunden en tu “constelación erótica”.  De fondo se escucha también “Los Labios De Mae West” mientras escribo imaginándote conmigo sin filtro y sin pausa.  Un arrebato de conciencia y desespero, el mismo desespero del que siempre hablo, el de poseerte y saberte mía aunque sea por un instante eterno.  Llegas, te paseas por la casa, pero directo al balcón misterioso a ver que envuelve?  Te escondes en cada rincón luego de una conversación de protocolo el cual ambos sabemos que tenemos que tenerla.  Esquivas los gestos míos de acorralo evitando lo inevitable, el que nuestros labios se encuentren en un beso amargo y dulce, tierno y apasionado, agua y aceite…  El mismo beso que decidirá si te quedas o te vas (de mi vida)…  Un beso que te dirá tantas cosas que por el tiempo y el agravio nunca te he dicho y nunca te diré.  La magia envuelve este espacio cerrado y abierto.  Buscas la luna de las fotos y no la encuentras porque sabe ella que la deslumbras con tu sonrisa y miedosa se esconde y no sale jamás.  Esa magia la cual es digna de compartirla con alguien que se sepa sea real y transparente como tú.  Al fin cedes y tu beso es tierno y con miedo, extraño lo percibo aunque sé que tus labios guardan las mismas ganas que los míos.  Un beso lleva a otro beso y a una caricia sobre tu pelo, ya la conversación se torna en silencio y al fin se escucha la música que desde un principio fue completamente ignorada.  Un verso robado de Sabina nos entorpece… “¿Cómo van a caber tantos besos en una canción?  Escapas del momento sin querer disimulando las ganas de seguir besándonos hasta el final de la noche o hasta que la luna que nunca salió deje de brillar por la ventana de la que tanto hablas.  Hay que asegurarse de que todo salga perfecto y no se tome por broma el grito de dos locos que de una manera extraña se atraen en la noche junto a un espacio en común.  Hay que quemar todas las ganas…  No sé si volverás, en mi dolor o a mi dolor oculto dentro de mi alma.  El vino hace su efecto y las palabras se acaban y un gesto hacia tu reloj de mano me indica el temor del tiempo de tu inevitable despedida, el tiempo que por un momento se congeló en la alegría de sí mismo. 

Te vas…

Y yo quedo lamentándome los besos que no te di y las palabras que no dije.  Y las ganas me queman…  Desde Mi balcón.

Soque
28/08/2011

martes, 7 de febrero de 2012

Lo que nunca te di

Si en algún momento llego a escasear

no quisiera partir o ausentarme

sin manifestar las cosas, los entes, los gestos que te debo.


Te adeudo la felicidad de una mañana.

Te debo el saturar tu buzón con mis mensajes.

Te adeudo la noche fría junto a la luna.

Te debo el desayuno en la cama.

Te adeudo los mensajes de texto.

Te debo las notas en el cristal de tu carro.

Te adeudo la canción dedicada.

Te debo la champaña.

Te adeudo el cielo libre y descubierto.

Te debo el vagar de tu mano por San Juan.

Te adeudo la caricia frente a tu entrada.

Te debo la cena a la luz de las velas.

Te adeudo el baño de espuma junto a ti.

Te debo las flores que me negaste.

Te adeudo el vino que me obsequiaste.

Te debo la crisis de no saber de mí.

Te adeudo la llamada sorpresa.

Te debo la visita imprevista a tu oficina.

Te adeudo mi pañuelo con perfume en tu cartera.

Te debo el peinarte.

Te adeudo mi mano por tu cara.

Te debo mis noches de trabajo.

Te adeudo la locura de tu andar.

Te debo la garganta sin voz.

Te adeudo dejar mi vicio.

Te debo el hablar con tu familia.

Te adeudo el deseo fugaz.

Te debo las heridas de mis despedidas.

Te adeudo el no creer.

Te debo mi crítica a lo que escribes.

Te adeudo un “shot” de medalla.

Te debo la mentira.

Te adeudo un día en la playa.

Te debo un rato de trova.

Te adeudo una tarde de campo.

Te debo un guiño escondido.

Te adeudo una caricia descarada oculta de la gente.

Te debo mi canción preferida.

Te adeudo las constelaciones.

Te debo mi familia.

Te adeudo mi calendario.

Te debo un juego de baloncesto.

Te adeudo la esperanza.

Te debo una charla después del trabajo.

Te adeudo un masaje en los pies.

Te debo las miradas indiscretas.

Te adeudo el Sol de verano.

Te debo un viaje al extranjero.

Te adeudo mis ojos.

Te debo el eco de mis pensamientos.

Te adeudo el viento de primavera.

Te debo el echarle gasolina a tu carro.

Te adeudo el pasear tu perro.

Te debo la visita al cine.

Te adeudo el concierto de música

Te debo el ir de compras.

Te adeudo la exposición.

Te debo el olor.

Te adeudo el juego de mesa.

Te debo el penar.

Te adeudo el cantarte al oído.

Te debo tanto….Te adeudo tan poco…

Te debo el tiempo… y Te adeudo el amor…

Soque.